Casa adentro Ecuador en su gobierno y fuerzas armadas vivía su historia. Otto Arosemena Gomez (presidente del Ecuador en ese entonces) con gran visíon de estadista había jugado las cartas en la OEA, la ONU, y organismos internacionales países amigos, había que evitar la guerra; toda guerra solamente da vencidos, pero había que prepararse para el gesto heroico.
Se convocó a la FAE, todos sus aviones de combate se los cargaría con el mayor peso en municiones, apenas se les daría el combustible para llegar a su objetivo, el resto del peso del combustible se los cedería a sus bombas. Los aviones serían llevados a un sitio secreto, un vuelo sin retorno y cada piloto escogería cumplida su misión el último blanco para estrellar su nave, una misión de esta naturaleza solamente podría llevarse a cabo por voluntarios.
Habló el comandante, insistió en que la operación solo irían voluntarios, que pensara cada piloto, cada tripulante en su hogar, en sus hijos, en sus vidas, en sus padres y en sus obligaciones humanas, solamente deberían dar un paso adelante quienes voluntariamente estuviesen dispuestos a esta acción sin obligación alguna. Guardó silencio el comandante para dar un paso a la reflexión, luego dijo; "un paso adelante quienes estén voluntariamente por esta acción" , y presencié entonces lo increible; todos sin ecepción dieron el paso adelante, me dió la impresión que ese momento había sido ensayado mil veces, ninguno vaciló todos con una firmeza increible besados por la gloria buscando un puesto en la historia le dijeron a su bandera, a su arma, y a su pueblo !PRESENTE¡
Se fueron al sitio convenido en transporte de tropas, los esperaban sus naves cargadas con apenas conbustible para llegar y castigar al enemigo, esperaron en su sitio de honor antesala de la gloria. EN tanto la gran gestion diplomática daba sus frutos, la conciencia de America estaba alerta, quien pensó invadir tuvo que bajar el brazo una vez más, otra oportunidad sería.
Han pasado 33 años de este hecho histórico , mi deber es comunicarselo al país y al mundo, lo escribo para esos aviadores que aún sobreviven, para los cadetes que tienen que tomar el relevo, escribo para el orgullo ecuatoriano, lo escribo porque solamente a mi de quienes vivimos esa escena le faltaba cumplir con su deber.
Ninguna institución como la FAE dentro de su propia simbologia para levantarse al cielo desde las miserias humanas, ninguna como esta institución puede remontar el vuelo cuando la tierra se hace dolorosamente mezquina. Hoy que la Fuerza Aérea Ecuatoriana se ha fortalecido y vive una nueva era, traigo como placa de honor este recuerdo para dejarlo latente en la memoria ecuatoriana.
Saludo a la FAE en su aniversario #80, que ha podido mantener por la disuasión; libre el cielo ecuatoriano y la bandera izada al tope hacia el infinito. Yo he vivido la experiencia de poder conocer la decisión suprema de unos soldados cuyo primer amor es la patria y que lo demostraron con serena determinación..
Ahora sabemos todos que en la FAE siempre habrá condores que presidan el escudo y habrá conciencia para quienes la muerte es la vida, el Ecuador su causa y la FAE el motivo.
Por: Javier Benedetti Roldos